El burnout, o síndrome de agotamiento laboral, es un estado de agotamiento físico, emocional y mental causado por estrés prolongado relacionado con el trabajo o las responsabilidades. Se caracteriza por fatiga crónica, irritabilidad, disminución de la motivación, pérdida de interés en las tareas y sensación de ineffectividad o falta de logro personal.
Entre los síntomas comunes se incluyen dificultad para concentrarse, insomnio, dolores de cabeza, alteraciones digestivas, aumento de conflictos interpersonales y una sensación general de sobrecarga. Este síndrome no solo afecta el rendimiento laboral, sino que también puede impactar la salud física y emocional de la persona, así como sus relaciones personales.
La prevención y el manejo del burnout requieren estrategias individuales y organizacionales. Entre ellas se destacan la organización del tiempo, establecimiento de límites claros, pausas regulares, técnicas de manejo del estrés, apoyo social, ejercicio físico y, cuando sea necesario, acompañamiento psicológico. Reconocer los signos tempranos y actuar a tiempo permite recuperar el equilibrio, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida laboral y personal.