Los trastornos del neurodesarrollo son un grupo de condiciones que se presentan desde la infancia y afectan el desarrollo del cerebro, impactando habilidades cognitivas, sociales, emocionales y conductuales. Entre los más conocidos se encuentran el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno del espectro autista (TEA) y los trastornos del aprendizaje, aunque existen otros con manifestaciones diversas.

Estos trastornos suelen identificarse a través de dificultades persistentes en áreas como la atención, la comunicación, la interacción social, el control de impulsos o el rendimiento académico. La detección temprana es crucial, ya que permite implementar estrategias de intervención que favorezcan el desarrollo integral y la inclusión de los niños y adolescentes en la escuela y la comunidad.

El abordaje de los trastornos del neurodesarrollo es multidisciplinario. Incluye evaluación y seguimiento por profesionales de la salud mental y pediatría, apoyo educativo y familiar, terapias específicas según la necesidad del niño o adolescente, y, cuando corresponde, tratamiento farmacológico. Un diagnóstico oportuno y un entorno de apoyo contribuyen significativamente a mejorar la calidad de vida y a potenciar las fortalezas de cada persona.